La gestación subrogada, se ha consolidado en los últimos diez años como una de las principales alternativas para quienes buscan formar una familia. De acuerdo con la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología — ESHRE, los tratamientos de fertilidad —entre ellos la subrogación— han registrado un crecimiento sostenido de entre 8% y 10% anual en los países donde existe un marco legal regulado. En Estados Unidos, el número de nacimientos mediante esta práctica se ha multiplicado en la última década, mientras que destinos emergentes han comenzado a atraer cada vez más a padres internacionales interesados en esta opción ([link: descubre aquí la lista de países donde la gestación subrogada es legal]).
Para quienes consideran iniciar este proceso, resulta fundamental familiarizarse con el vocabulario específico que lo rodea, ya que comprender cada término es el primer paso para tomar decisiones informadas y seguras.
Gestación subrogada
La gestación subrogada es un proceso de reproducción asistida en el que una mujer, conocida como gestante o madre subrogada, acepta llevar un embarazo hasta el nacimiento con el compromiso previo de que el bebé será entregado a otra persona o pareja, quienes se reconocen como los padres intencionales. A diferencia de un embarazo tradicional, la gestante no asume derechos de maternidad, ya que su rol queda definido desde el inicio del acuerdo. Este proceso puede realizarse bajo dos modalidades: la subrogación altruista, en la que no existe compensación económica más allá de los gastos médicos y de manutención relacionados con el embarazo, y la subrogación comercial, donde además se establece una remuneración regulada para la gestante. La elección de una u otra depende de la legislación vigente en cada país, pero en ambos casos el propósito es el mismo: ofrecer a los futuros padres la posibilidad de tener un hijo biológico cuando existen impedimentos médicos, biológicos o sociales que lo hacen imposible de manera natural.
Padres intencionales y Madre gestante
Los padres intencionales son la persona o pareja que desde el inicio manifiestan su voluntad de convertirse en los padres legales del niño. La legislación de cada país establece en qué momento se reconoce esa titularidad: en algunos casos basta con el contrato firmado antes del embarazo, mientras que en otros es necesario obtener una sentencia judicial después del nacimiento. Por su parte, la gestante es la mujer que lleva el embarazo y acompaña todo el proceso hasta el parto; en el ámbito internacional se prefiere evitar la expresión “madre sustituta” para remarcar que su papel no está vinculado a la maternidad legal ni a derechos parentales, sino a un compromiso gestacional previamente acordado.
Subrogación tradicional vs. gestacional
La gestación subrogada puede dividirse en dos modalidades principales. En la subrogación tradicional, la gestante aporta su propio óvulo, lo que significa que mantiene un vínculo genético con el bebé; sin embargo, este modelo ha caído en desuso debido a los dilemas legales y emocionales que genera. En cambio, la subrogación gestacional consiste en crear el embrión mediante fertilización in vitro, utilizando óvulos y espermatozoides de los padres intencionales o de donantes, de modo que la gestante no tiene ningún lazo genético con el niño. Esta última modalidad se ha convertido en la más común y aceptada a nivel internacional, ya que aporta mayor claridad legal y seguridad emocional para todas las partes involucradas.
FIV (Fertilización in vitro), Donante de óvulos o esperma
La fertilización in vitro (FIV) es una técnica de reproducción asistida en la que el óvulo se une con el esperma en un laboratorio para crear un embrión, que posteriormente se transfiere al útero de la gestante. Cuando existen dificultades como infertilidad, edad materna avanzada o riesgo de transmitir enfermedades genéticas, se puede recurrir a óvulos o espermatozoides de donantes cuidadosamente seleccionados. Las clínicas especializadas realizan evaluaciones médicas y genéticas exhaustivas para garantizar que el proceso sea seguro y que el futuro bebé nazca en las mejores condiciones posibles.
Transferencia embrionaria
La transferencia embrionaria es la etapa en la que el embrión previamente creado en el laboratorio se implanta en el útero de la gestante. Se trata de un procedimiento ambulatorio, rápido e indoloro, que no requiere anestesia ni hospitalización y que suele realizarse en pocos minutos bajo control ecográfico. Aunque técnicamente sencillo, resulta un momento decisivo dentro del proceso de gestación subrogada, ya que de su correcta ejecución y de la receptividad del endometrio depende en gran medida el éxito del embarazo.
Orden de filiación y Contrato de subrogación
La orden de filiación es una resolución judicial o administrativa que reconoce de manera oficial a los padres intencionales como los progenitores legales del bebé, permitiendo su inscripción en el registro civil y garantizando sus derechos desde el nacimiento. Junto a este paso, el contrato de subrogación es el documento legal que define las responsabilidades y compromisos de cada parte, incluyendo la cobertura médica de la gestante, la posible compensación económica, la filiación legal del niño y los derechos de los futuros padres. La validez y el alcance de estos instrumentos dependen de la legislación de cada país, lo que hace fundamental contar con asesoría especializada antes de iniciar el proceso. Contacta ahora con un asesor de familia para conocer más información.
Conclusión
Familiarizarse con este léxico básico brinda a los futuros padres la seguridad necesaria para desenvolverse en cada etapa del proceso, evaluar con criterio las distintas opciones y reconocer la información confiable frente a la desinformación. Si bien se trata de un camino complejo que involucra aspectos legales, médicos y emocionales, entender sus fundamentos transforma la experiencia en una oportunidad real y esperanzadora para alcanzar el sueño de formar una familia.